martes, 17 de agosto de 2010

Peatones y pasos de cebra

Después de haber estado un largo tiempo en silencio (por falta de tiempo y motivación básicamente) vuelvo a la carga con nuevos comentarios sobre el tráfico rodado. En esta ocasión me apetece hablar de los pasos de cebra, o pasos de peatones, que todo el mundo conoce pero que muy poca gente respeta. Y no me refiero sólo a conductores, sino también a peatones.

España es el país europeo con más atropellos mortales
En el 2008 se hizo un estudio entre 10 países europeos (Bélgica, España, Austria, Italia, Finlandia, Alemania, Suiza, Reino Unido, Países Bajos y Noruega) y nuestro país es el que mayor tasa de mortalidad mostraba. Con las cifras del 2005 y por cada millón de habitantes, en España perecieron 15,7 transeúntes, le siguen Italia y Gran Bretaña con 11,5 y cierra la lista Países Bajos con 4,6. Pero el estudio arroja además, que en nuestro país el 91,5% de los atropellos se produjeron fuera de los pasos de peatones, mientras que la media Europea es del 77%. Pincha aquí para ver el estudio.

Los motivos por los que nuestro país está a la cabeza en esta materia son objeto de estudio y reflexión, pues no se trata de una mera casualidad. Algunas ideas apuntan al diseño inadecuado de los pasos de peatones, que carecen de la visibilidad idónea, por ejemplo, o que se encuentran muy distantes unos de otros lo que invita a los transeúntes a cruzar por cualquier sitio no apto para ello.

El problema radica en la educación y la concienciación
Yo personalmente, creo el problema radica en un poco de todo, pero básicamente, educación y concienciación en la materia. Tanto conductores como transeúntes pueden hacer un esfuerzo mutuo de convivencia y respeto que seguro redundará en menos accidentes.

Por un lado, los conductores deben sentir la responsabilidad de detener su vehículo cuando se aproximan a un paso de cebra y un peatón está en disposición de cruzar. Si detenerse no supone un riesgo para otros vehículos, hay que hacerlo, porque lo dice el Reglamento de Circulación, por educación y por el bien de todos.

De la misma forma, el transeúnte no debe tirarse literalmente al paso de peatones según llega (como hace mucha gente) obligando al conductor a frenar y en ocasiones bruscamente. Por mucha razón que tenga el peatón, el conductor puede no haberle visto o creer que si acelera puede pasar sin molestar al peatón (aunque no se deba hacer) o incluso creer que es demasiado tarde para frenar. En estos casos, si algo falla el perjudicado es siempre el transeúnte, así que es él quien debe extremar la precaución por la cuenta que le tiene.

Además, cuando se está cruzando el paso de peatones hay que estar siempre atento a los coches que se acercan comprobando que finalmente se detienen y que lo hacen en condiciones de seguridad. Incluso cuando ya se hayan detenido los primeros vehículos, hay que seguir comprobando que los que vienen también se detengan (por si se produce una colisión por alcance). Resumiendo, mientras se cruza el paso de peatones no hay que dejar de mirar a los coches por si las condiciones de seguridad desaparecen.

Igualmente, observo que muchos peatones se sitúan en los pasos de cebra regulados con semáforos y lo hacen muy cerca de la calzada o incluso con algún pie dentro de ella sin prestar atención a la circulación. Esperan mientras están contemplando los edificios, el móvil o simplemente distraídos. Creo que esto es muy peligroso para ellos, porque si un conductor se acerca más de la cuenta a la acera por despiste, distracción o porque tiene que esquivar otro vehículo, el peatón distraído no estará en condiciones de esquivarlo y será golpeado o atropellado. Mención especial (o demencial) tienen las mamás que dejan el cochecito de bebés pegado a la carretera mientras esperan a que el semáforo les de la prioridad. ¡Me da pánico!.

Otra circunstancia peligrosa que veo muchos días, es cuando un vehículo, furgoneta o camión de reparto está estacionado delante de un paso de peatones. En estos casos, si un peatón se dispone a cruzar, éste no puede ver si se aproxima un coche porque el vehículo estacionado le obstruye la visión. Por el mismo motivo, el conductor del coche que se aproxima tampoco puede ver si un peatón está cruzando, con el consiguiente peligro de atropello. En estos casos, ambos, conductor y peatón, deben extremar la precaución y suponer que detrás del vehículo obstructor puede haber un riesgo. El conducto debe aminorar la velocidad y el peatón sacar la cabeza con sumo cuidado para mirar antes de cruzar. En este caso, el cochecito del bebé jamás debe asomar primero, obviamente.

Yo, por lo menos, siempre que cruzo miro bien y no dejo de mirar durante mi estancia en la calzada, y si espero prioridad de paso en el semáforo, me retiro un par de pasos por si un vehículo pasa peligrosamente cerca. Y si voy conduciendo, siempre que puedo detengo el vehículo para dejar pasar. Y por supuesto, le voy inculcando estas ideas a mis hijos.

Un abrazo a todos.

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